Crecí entre noticias de marchas, paralizaciones, protestas, etc; todas ellas siempre tenían algo en común, La Universidad de Guayaquil y su tan famosa Dirigencia Estudiantil, como siempre he dicho: “Los estudiantes universitarios fueron participes de muchos cambios en el rumbo de nuestro país”, pero ese legado solo nos queda una intervención y la categoría D.
Hace un año y 3 meses se intervino nuestra alma mater, a causa de todos los problemas que tenía la universidad los cuales afectaban a los estudiantes directamente, algunos de estos están siendo resueltos (a media llave) pero la burocracia, al parecer ha crecido y ha estancado una excelencia académica que tanto soñamos, tampoco debemos olvidar que somos actores políticos de nuestro país, de nuestro futuro y de nuestra educación.
En el consejo universitario nos queda el dolor de que la autonomía universitaria solo este en papel, pues, estar a la expectativa del escuadrón del visto bueno, nos retarda más y más cada día, porque aunque tengan los megasueldos, su agilidad no compensa su remuneración, todo en este pequeño órgano legislativo se ha politizado desde los curules de la Comisión, al punto de que si algún decano no opina o vota con ellos, es susceptible de remoción, lo que nos deja una duda: ¿la Comisión Interventora esta para proteger a la Universidad de Guayaquil o a sus propios intereses políticos?, de allí, que las tan esperadas remodelaciones (como la de jurisprudencia) han cambiado tanto de fechas que ahora parece un calendario utópico e iluso, donde el presupuesto no se ejecuta más por falta de gestión que por culpa del consejo universitario, que ya ha autorizado el desembolso para varios proyectos.
Resulta fatídico que, no basta con llenar de oficios y petitorios a las personas que tienen en sus manos el cumplimiento de las garantías constitucionales de los estudiantes, consumir horas en el debate por el bien de nuestra universidad, tampoco les es suficiente los twitts, publicaciones de Facebook y visitas a sus despachos en búsqueda de soluciones o quizá tan solo una explicación de los retrasos administrativos para el cumplimiento de nuestros derechos estudiantiles y cuando reclamamos nuestros derechos y pedimos que se nos atienda, nos tratan como si cometiéramos una falta gravísima.
Con todo esto, la vida estudiantil y su dirigencia se ha convertido en una utopía de los “megaproyectos” educativos, que hasta el momento solo quedan en papeles y discursos televisivos, en los que hemos visto como en ruedas de prensa exponen “grandes logros”, pero que más allá de cambios constantes de autoridades y de una remodelación inconclusa no pasa. Basta con solo pegar una ojeada por las publicaciones del Facebook oficial de la universidad para darnos cuenta que a pesar de haber empezado la remodelación en medicina y odontología, los comentarios de estudiantes de todas las 16 facultades restantes con todas sus carreras, que exigen cambios, pues, siguen pasando por la crítica historia de baños sin agua, muchos inutilizables, bancas oxidadas, aulas con temperatura de hornos, que solo nos dejan el mal sabor de que seguimos en los errores que tanto denunciamos en el pasado dentro de nuestra universidad, y no por mafias o cuellos de botella pues han cambiado a su antojo a cuanto decano y funcionario han querido, lo que hace mucho más reprochable el hecho de que se olvidan que los estudiantes queremos que nos cumplan con lo que tanto ofrecieron: aulas readecuadas, tecnología de punta, wi-fi dentro de nuestras carreras, profesores de excelencia, matriculas on-line, efectiva acogida de nuestras denuncias y quejas, que a pesar de estar intervenidos siguen pasando meses antes que tan siquiera sean leídas por quienes deben atendernos.
En lo que respecta a jurisprudencia, en especial la carrera de Derecho, con un “Phd” a la cabeza, el cual no ha cambiado en nada la facultad, los retrasos en la matriculación de los horarios intensivo y vespertino continúan, la falta de cursos de arrastres, incumplimiento de la aplicación de la tercera matricula, contratación de profesores sin maestría ni experiencia alguna y por denunciarlo arremete contra quienes no nos quedamos callados, cerrando la oficina de la delegación estudiantil y denunciándome por exigir sus derechos, pero estas cosas parece que jamás le informan al presidente Rafael Correa o a Rene Ramírez.
Con el sacudón de autoridades que a modo de reprimenda, realizan desde la comisión cambiando autoridades académicas que fueron puestos por ellos y que a pesar que en sus facultades han funcionado bien, exceptuando jurisprudencia en donde tenemos al mayor perseguidor de los estudiantes sumado a la ausencia de razones de porque no lo sacan, nos dejan muchas interrogantes, ¿acaso solo dejan a quienes sirven a sus intereses?, ¿no les interesa los estudiantes, sino solo sus votos en consejo? ¿Qué decano se atrevió alguna vez violentar la representación estudiantil de la forma en que lo hace Xavier Garaicoa? ¿Dónde queda el derecho de los estudiantes del intensivo y vespertino que quieren empezar su nuevo año y no los matriculan?
Delegado Estudiantil al OCAS (Consejo Universitario)
Estudiante de Derecho.